El susurro es una acción poética.
Invita al encuentro, a detenerse, a escuchar,
a disfrutar la palabra.
Hace posible reconocerse en el otro desde
la emoción, la sorpresa, el juego.
El susurro desecha el grito, la prisa,
la indiferencia, la sensación de inutilidad
de los gestos simples.
En su apariencia de acto mínimo, el susurro
contiene la fragilidad y la fuerza de la belleza,
la que conmueve,
la que le da sentido a la vida.
Liliana Quillay
La acción de susurrar es la pretensión de ralentizar el tiempo. Una irrupción poética en el espacio público invita a detenerse en este mundo apresurado para disfrutar de la palabra. Y dado que en esa ceremonia íntima se establece un vínculo lúdico entre el que susurra y el que es susurrado, la posibilidad de llegada aumenta, genera placer y enciende el deseo de tomar contacto con otros textos poéticos.
Mostrando entradas con la etiqueta Liliana Quillay. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Liliana Quillay. Mostrar todas las entradas
Suscribirse a:
Entradas (Atom)